La economía de Siria se centra principalmente en la agricultura y la ganadería. Hay 6 millones de hectáreas de superficie cultivada, que es un 31,2% del área total del país. Gran parte de los terrenos cultivados se pueden regar pero muchos no se explotan debido a la carencia de agua. Es necesaria la técnica de regadío ya que durante la estación de crecimiento del cultivo no se reciben muchas precipitaciones. La mayoría de los terrenos que son cultivados están sobreexplotados a causa del insuficiente uso de fertilizantes y al fracaso de la rotación de cultivo.
Siria dispone de una amplia variedad de cultivos (algunos incluso se exportan) a pesar de las desventajas climáticas. Los principales cultivos son los cereales (el trigo y la cebada sobre todo), el algodón (cuya producción aumentan desde la década de los cincuenta y suponía más de la mitad de los ingresos por exportación antes del aumento del precio del petróleo), el tabaco, las uvas, las aceitunas, los cítricos y las verduras.
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